La Iglesia del mundo del trabajo denuncia la desigualdad y la discriminación que sufren las mujeres

La Iglesia del mundo del trabajo denuncia la desigualdad y la discriminación que sufren las mujeres
Foto | Cáritas Salamanca
La Juventud Obrera Cristiana (JOC) y la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) hacen un llamamiento a derribar “los muros de la precariedad y la desigualdad” que viven las mujeres trabajadoras. Su lucha esperanzada: “hasta que la igualdad se haga costumbre”

“Las mujeres seguimos padeciendo la desigualdad, la precariedad, el empobrecimiento y la exclusión en el mercado laboral, que la crisis sanitaria han agravado aún más”, denuncian la HOAC y la JOC, organizaciones de la Iglesia especializadas en el mundo del trabajo, en el comunicado publicado con motivo del 8 de Marzo, Día Internacional de la Mujer Trabajadora.

Los datos que muestran de la EPA dan consistencia a la denuncia de sufrimiento en sus condiciones de trabajo y de vida, y que se agudiza “si somos jóvenes e inmigrantes”. En la tasa de actividad, hay una brecha de 10 puntos; la temporalidad y los contratos a tiempo parcial alcanzan índices muy elevados; la tasa de desempleo mantiene la tendencia de años anteriores, lo que suponen que haya más mujeres que hombres que queriendo trabajar no pueden hacerlo; y las condiciones de trabajo provocan una brecha salarial de dos meses de salario, es decir, “las mujeres trabajan gratis 43 días al año” y cerca de una de cada tres (27,2%) está en riesgo de pobreza.

Por otro lado, afirman que las trabajadoras están más expuestas al coronavirus al trabajar mayoritariamente en sectores como la sanidad, la educación, la hostelería, el comercio, los cuidados y el trabajo doméstico, que requieren cercanía y contacto social.

“En estos momentos que, poco a poco se va notando cierta recuperación económica en nuestro país, a nosotras se nos sigue dejando fuera”, manifiestan.

Trabajo digno para una recuperación justa

Las respuestas de ambas organizaciones de la Iglesia se sitúan en la centralidad del trabajo, para que sea fuente de dignidad y “dimensión esencial para que se reconozca nuestra humanidad y no se nos impida aportar a la construcción de una sociedad decente desde nuestra singularidad”.

Parar lograr una recuperación inclusiva y solidaria, coinciden con el planteamiento de la OIT, basados en políticas “con perspectiva de género, reflotando a las trabajadoras sumergidas, introduciendo subidas de salario mínimo, incrementando los servicios públicos“ y con mejores condiciones de trabajo que permitan taponar las brechas salariales.

Además, demandan que los cuidados sean una “prioridad política” para que se produzca un “cambio de modelo en la organización y financiación” y mejore las condiciones de empleo “en este sector altamente feminizado”.

Procesos y compromisos junto con otras

En el anhelo de una sociedad más decente, inclusiva y solidaria, la HOAC y la JOC hacen un llamamiento a las mujeres para “generar espacios” que permitan tomar “conciencia de que nuestra situación de desigualdad y discriminación” provocada “por un sistema social (patriarcado) y económico (capitalismo) que nos ignora y utiliza”.

En este sentido, se comprometen a luchar junto otras entidades “eclesiales, sindicales, sociales y políticas para acompañar a las mujeres; cambiar la mentalidad patriarcal y capitalista; trabajar para que las instituciones garanticen los derechos de todas las mujeres a un trabajo digno; y a seguir generando experiencias que vislumbren una sociedad más justa e igualitaria”.

“Hasta que la igualdad se haga costumbre”

Con la mirada puesta en el proceso sinodal de la Iglesia, apuestan  por seguir construyendo “la comunidad de iguales que Jesús creó; y, cómo aquellas mujeres discípulas que anunciaron su resurrección, seguir comunicando la esperanza en nuestros ambientes, promover la justicia social, los derechos humanos y la igualdad de género”.

Concluyen señalando que, en su lucha esperanzada, seguirán trabajando “hasta que la igualdad se haga costumbre”.

 

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