El proyecto Esperanza reclama garantizar servicios y prestaciones a las víctimas de trata

El proyecto Esperanza reclama garantizar servicios y prestaciones a las víctimas de trata
El Proyecto Esperanza de las Adoratrices atendió el año pasado a 211 personas víctimas de trata, de las cuales el 8% habían sido captadas con fines de explotación laboral.

Su servicio de identificación y detección de delitos de trata ha recibido 269 comunicaciones este año, a través del teléfono 24 horas que da servicio los 365 días del año. Un total de 136 mujeres contaban con suficientes indicios para ser consideras presuntas víctimas de trata.

La explotación laboral es el segundo destino conocido del tráfico de mujeres, mientras que la explotación sexual es el primero con un 61% de casos detectados. Los matrimonios forzosos (4%) y la criminalidad (3%) esperan a las mujeres al final de su duro tracto en manos de los tratantes.

La coordinadora del Área de Sensibilización e Incidencia, Marta González, ha afirmado que, además de la trata con fines de explotación sexual en prostitución, su organización se muestra preocupada por la trata encaminada a la de servidumbre sexual en beneficio del propio tratante, la trata para explotación laboral en el servicio doméstico y otros sectores precarizados, la trata para explotación en la comisión de actividades delictivas y la trata para matrimonios forzados.

En su opinión “es necesario dar una respuesta adecuada a todas las víctimas de este delito para poder facilitar su acceso a derechos y su recuperación integral”.

Unas 127 víctimas de trata recibieron asistencia jurídica, con el objetivo de lograr el ejercicio efectivo de sus derechos, tanto en lo referente al acceso a la justicia, como en el acceso a una situación administrativa regular. El 35% de las mujeres atendidas denunció su situación.

El 48% de las mujeres atendidas por el servicio jurídico fueron víctimas de trata solicitantes de protección internacional, logrando un 23% el estatuto de refugiadas.

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La coordinadora del área de Intervención Directa, Carmen Bruño, ha explicado que “todos los servicios han priorizado la atención presencial, cuando las condiciones sanitarias así lo permitían, sin desatender atenciones telemáticas cuando no había otra posibilidad. Hay que destacar que el vínculo que generan las profesionales a lo largo de la intervención y que permanece una vez ésta ha terminado, ha resultado clave en una parte del colectivo atendido, que nos tiene de referencia como recurso social”.

Colombia (24,6%) es el país de procedencia que concentra un mayor número de mujeres atendidas durante 2021, seguido por Nigeria (16,6%), Venezuela (8,6%) y Camerún (8%), entre otros.

Para la directora del Proyecto Esperanza, Iris, “la relativa normalidad que se ha recuperado durante el año 2021 en relación a la pandemia COVID-19, no ha supuesto aún una mejora significativa de las oportunidades para las mujeres atendidas, en términos de que puedan retomar sus proyectos vitales e insertarse laboralmente”.

Según ha declarado, “tampoco se han terminado de recuperar del todo ni los canales ni los procedimientos administrativos que existían antes de la crisis sanitaria con la consiguiente dificultad de acceso a servicios y prestaciones”.

Al tiempo, advierte de que “el nuevo contexto ha supuesto que algunas formas de explotación hayan salido de los escenarios convencionales para ubicarse en entornos virtuales. Vemos cómo se generan nuevas formas de captación y explotación que pasan inadvertidos en los planteamientos tradicionales de detección de casos de trata”.

Entre 1999 y 2021 Proyecto Esperanza ha atendido a 1856 víctimas de Trata, de 74 nacionalidades diferentes, adoptando una perspectiva de derechos humanos, intercultural y de género.

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