Brotes de Olivo: 50 años de sinodalidad

Brotes de Olivo: 50 años de sinodalidad

La segunda perspectiva considera cómo el Pueblo de Dios camina junto a la entera familia humana. La mirada se concentrará así en el estado de las relaciones, el diálogo y las eventuales iniciativas comunes con los creyentes de otras religiones, con las personas alejadas de la fe, así como con ambientes y grupos sociales específicos, con sus instituciones (el mundo de la política, de la cultura, de la economía, de las finanzas, del trabajo, sindicatos y asociaciones empresarias, organizaciones no gubernamentales y de la sociedad civil, movimientos populares, minorías de varios tipos, pobres y excluidos, etc.).

(punto 29 del Documento preparatorio del Sínodo de los Obispos 2021-2023)

La familia Morales-Escala ha cumplido 50 años de vida musical, nada menos que desde el Concilio Vaticano II que les inspiró, como grupo de oración en camino «para provocar la paz en un mundo ruinoso y construir, en la libertad del amor desapercibido, esa comunidad santa que todos necesitamos, esa iglesia comunitaria que no considera a nadie fuera de sus fronteras, esa Iglesia universal, Pueblo de Dios, que ame a todas las personas como hijas y proyectos del Padre-Madre».

En diciembre de 2021 la Banda Sinfónica Municipal de Huelva se unió al concierto sinfónico «Gracias» de Brotes de Olivo. «Muchas personas nos iban llamando y nos iban diciendo que teníamos que celebrar el 50 aniversario de Brotes de Olivo… nosotros no nos encontrábamos con ánimo para poderlo organizar… sin embargo empezaron a unirse una serie de esfuerzos que consiguieron llevarlo a cabo; son muchas las personas que se han interesado, incluso más que los propios componentes del grupo, y agradecemos ese entusiasmo y esa fuerza que nos han dado para poderlo realizar, porque para nosotros está siendo una experiencia muy motivadora». José Raúl Llanes, profesor del conservatorio de Huelva, se encargó de los arreglos siendo fiel al carácter de las canciones de Brotes de Olivo.

Pueblo de Dios también es el nombre de esta comunidad familiar, universal y abierta.

Algunos de los trece hijos nos dan razón de su ser: «Mi padre (Vicente) fue tocado por Dios en lo más hondo. Como Moisés, pisó tierra sagrada, y junto con mi madre (Rosi) quiso ser un vehículo, y a través de poner sus manos, sus oídos, sus ojos al servicio del Evangelio, comenzó a escribir letras. Él siempre se ha sentido como un guía, un amanuense. Y de esas letras, que primero eran el Evangelio tal cual puesto en poesía, después Brotes ha ido haciendo acopio de cómo esa Palabra hace también Vida en las vidas de cada uno, y cómo va creando esa explosión de duda, de retos, de querer compartir la vida con más personas, porque el cristianismo se vive en comunión. Dios te llama a ti, personalmente, pero después el resultado tiene que ser común».

«Todo lo que yo entiendo que ha sido el recorrido de estos 50 años es una alabanza de la vida a través de las canciones. Ellas han suscitado tanta espiritualidad en tanta gente que no podemos más que dar gracias a Dios. Esta Historia hemos de salvarla entre todas y todos, y Brotes de Olivo ha querido ser esa punta de lanza donde podamos expresar como familia Pueblo de Dios que todos tenemos un puesto, una función, si nos ponemos en nuestro sitio y somos capaces de ir regenerando esta sociedad» (Ali Morales Escala).

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«Para mí el recoger la experiencia comunitaria en Pueblo de Dios, como miembro de Brotes de Olivo, y como persona, me ha supuesto encarnar el que se haga realidad aquello que hemos cantado y hemos anunciado tantas veces: el cristianismo o se vive en comunidad o no se vive, que el cristianismo está por estrenar, como decía Óscar Romero. Es una necesidad, es un lugar donde Dios nos ha posibilitado encuentro con gentes de todo tipo, de todos los lugares, con muchas sensibilidades, con lo cual esa experiencia comunitaria nos ha generado una visión amplísima de lo que significa el Evangelio para seguir transformando este mundo en un lugar más parecido al sueño de Dios en el principio».

«El foco de atención de Brotes de Olivo desde sus inicios ha sido sentirnos mensajeros de algo importantísimo para crear algo nuevo, y desde la sencillez de una familia que se pone a cantar con pocos medios (nuestras voces, nuestra realidad y nuestra creatividad) dar un mensaje al mundo sintiéndonos significativos en lo pequeño y en lo sencillo. Es una acción de gracias con las manos abiertas a lo que pueda venir, desde la felicidad vivida en familia» (Judith Morales Escala).

«Lo que tiene de actual y de fresco el mensaje de Brotes de Olivo es el Evangelio en sí mismo. El Evangelio es una Buena Noticia, algo que, lejos de ser un conjunto de lecturas que hablan de algo que parece que no tiene nada que ver con nosotros, es algo que tiene nuestro nombre y nuestro apellido.

En el momento que te das cuenta de eso te das cuenta de que la música de Brotes, a pesar de que los años no pasan en balde (en 50 años hay estilos que son muy distintos), aquello que resonó hace tanto tiempo vuelve a resonar con la misma vida y es entonces cuando te das cuenta de que lo que anima la música no es la letra, sino que es el propio Evangelio».

«Si queréis anunciar con vuestros talentos el Evangelio, buscad a Dios mientras se deje encontrar, porque nadie da lo que no tiene, y el hambre que tiene actualmente el mundo es hambre de Palabra de Dios, de Buena Noticia. Ojalá lo que deis sea Buena Noticia» (Chito Morales Escala).

 

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