La dificultad de lograr cita previa en la Seguridad Social continúa

La dificultad de lograr cita previa en la Seguridad Social continúa
Lograr cita previa a través de internet con la Seguridad Social es misión imposible. Al menos en 30 de los 369 municipios que tienen oficina. En el resto, la atención presencial se demora, en la mitad de los casos, al menos, dos semanas.

Esos son los principales datos de una investigación de la Fundación Civio que ha utilizado un robot para pedir cita a través de la sede electrónica del organismo, tres veces al día durante dos semanas.

En 43 de las 414 oficinas abiertas no fue posible reservar día y hora para acudir a la oficina correspondiente para gestionar las pensiones. En el caso de la solicitud del ingreso mínimo vital, el intentó falló en 63 de las 394 sedes a las que se puede acudir.

Desde la pandemia resulta obligatorio pedir cita previa para realizar estas gestiones. Así, las colas en la calle van perdiendo peso, pero se levanta un muro digital, lo que Cáritas llama “la Administración ausente”.

Alguno de los testimonios recogidos por la Fundacion Civio, se queja de que tras llamar por teléfono, fue dirigido a la página web y de la web a la oficina donde nuevamente le recomendaron, para su desesperación, de nuevo al teléfono. Al final, en este caso, recurrió a una gestoría a la que tuvo que pagar.

“Hemos dejado al administrado el trabajo de comprender cosas que antes ni siquiera tenía que comprender”, explica María Segurado, de Cáritas, que recuerda que el problema de la falta de citas previas se multiplica si tenemos en cuenta que puede que necesites varias visitas –para saber qué documentación necesitas, para preguntar dudas…– por cada gestión.

La Fundación Civio explica que la Seguridad Social volvió a atender de forma presencial en sus oficinas en junio de 2020, con los últimos compases de la desescalada. Pero impuso, como muchas Administraciones públicas, la cita previa obligatoria.

La abogada de Cáritas recuerda que pedir cita previa “no es un acto administrativo regulado, pero sin embargo, me bloquea o me cierra el acceso a un derecho y eso genera en el ciudadano una indefensión terrible”. Y pone un ejemplo claro: ¿qué pasa si no consigues cita y se te pasa un plazo? “No existe nada en la Ley de Procedimiento Administrativo común que tenga en cuenta que he intentado pedir cita, es como si llegaras tarde”, explica.

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Xepe Torres, portavoz de la CIG (Confederación Intersindical Galega), cree que el problema es que, además, faltan recursos: “Ya desde antes de la pandemia y en la pandemia lo que han ido haciendo es ir reduciendo personal” y, en paralelo, “aprovechar la pandemia para adelantar una reforma administrativa que significa poner en manos de las máquinas lo que antes era una atención personalizada, cara a cara, entre el administrado y la Administración”.

El pasado mes de septiembre, el Gobierno prometió 1.615 empleados extra para reforzar la Seguridad Social. Pero los datos de marzo no muestran que el colapso de la cita previa se haya solucionado.

Desde la Seguridad Social aseguran que, además de ese incremento de efectivos, que afirman que ya se nota en que hay más atención presencial, desde principios de año han habilitado mesas rápidas, como antes de la pandemia, para atender urgencias, siempre que se pueda: “se ha emitido la instrucción para que, en la medida de lo posible, y dentro del marco de la potenciación de la cita previa, en el caso de las personas vulnerables, con incidencia de la brecha digital y aquellos mayores de 65 años que no hayan conseguido obtener cita previa y requieran una atención presencial por sus especiales dificultades, deberán ser atendidos sin cita y de forma prioritaria y, cuando no sea posible la atención inmediata, deberá facilitarse la concertación de una cita lo antes posible”.

Pero esa posibilidad no está presente ni en carteles informativos ni en la página web, que sigue hablando de cita previa obligatoria para todas esas gestiones, sin matices.

“De un tiempo a esta parte se va demorando cada vez más esa cita previa. Antes era una semana, luego quince días, ahora a veces es más de un mes. Y la gente se desespera”, continúa Torres, que cree que “la cita previa está muy bien, pero es como cuando tienes un problema médico: también puedes ir a urgencias y te atienden en el momento”. “¿Cita previa? Sí. ¿Obligatoria? No”, opina tajante.

 

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