La Mesa de la Hospitalidad de Madrid defiende la regularización de personas migrantes
En el Día Internacional del Migrante, la Mesa por la Hospitalidad de la diócesis de Madrid urge a coordinar un plan de acogida participado por las Administraciones que atienda a las personas que dejan sus lugares de origen en busca de una vida mejor, además de defender la regularización de las situaciones que padecen quienes ya viven entre nosotros.
En un comunicado hecho público hoy, la plataforma, integrada por la Delegación Episcopal de Movilidad Humana, Cáritas, Justicia y Paz, CONFER, Pueblos Unidos, Comunidad de Sant’Egidio y Asociación SECARDE, advierte de que las migraciones en ningún caso son “crisis imprevisibles”.
“Las personas y sus familias seguirán buscando mejores oportunidades para sobrevivir aunque ello conlleve serios riesgos”, constata a Mesa por la Hospitalidad.
Sin embargo, denuncia la Mesa, “seguimos sin un plan bien coordinado entre las tres Administraciones (Gobierno, Comunidad de Madrid y Ayuntamientos), articulado con el tejido social y que responda a la realidad de los desplazamientos que habitualmente se producen”.
De hecho, califican como “una barbaridad”, mantener a estas personas en “un limbo jurídico durante años, tratarlas como si no estuvieran ya entre nosotros y obviar que mayoritariamente se van a quedar” y defienden que “la regularización legal de muchas de estas situaciones los equipararía en derechos y también en deberes, contribuiría a su integración y posibilitaría una mayor cohesión social”.
“La ciudad de Madrid y su anillo, por sus peculiares circunstancias geográficas y constituir un nudo de comunicaciones internacional”, requiere en su opinión, “la colaboración de las tres Administraciones para dotarse de unos recursos de atención y acogida de emergencia dignos”.
Ausencia de políticas de atención y acogida
Ante la ausencia de políticas públicas orientadas a la atención y acogida, las organizaciones de la Mesa por la Hospitalidad afirman que “tenemos que seguir acogiendo en atención ordinaria y en recursos de acogida de emergencia (parroquias, congregaciones religiosas, centros pastorales y algún colegio) a jóvenes y familias con niños pequeños, incluso a mujeres embarazadas, que llegan en situaciones de extrema precariedad y que, no encontrando respuesta por parte de las Administraciones públicas, quedan literalmente en la calle”.
Tampoco, sigue el comunicado, se han dado paso para contar con “rutas seguras, itinerarios legales asequibles y con todas las garantías para que nadie tenga que pagar con la vida o un sufrimiento indecible su derecho a vivir con dignidad”.
Las organizaciones dedicadas a la atención y acogida de personas migrantes recuerdan, asimismo, que, junto al “derecho a emigrar, hay que defender el derecho a no tener que emigrar”, lo que implica promover “los medios económicos, la libertad política y religiosa y un ecosistema saludable para no verse obligados a desplazarse”.
Redactor jefe de Noticias Obreras
