Trabajadoras cristianas de Sevilla se suman a la petición de justicia para la auxiliar del servicio a domicilio fallecida

Trabajadoras cristianas de Sevilla se suman a la petición de justicia para la auxiliar del servicio a domicilio fallecida
La HOAC (Hermandad Obrera de Acción Católica) de Sevilla ha expresado su dolor por una nueva muerte en el trabajo, además de solidarizarse con la familia y personas allegadas con una concentración en la Plaza Virgen de los Reyes, a la que asistió la hermana de la trabajadora del servicio de ayuda a domicilio atropellada cuando regresaba a su casa.

Andalucía se sitúa a la cabeza de comunidades en siniestralidad laboral mortal y es la segunda en siniestralidad laboral total. En la provincia andaluza, en lo que va de año, cada 11 días ha muerto una persona trabajando. Ya son 22 las personas fallecidas por accidente laboral. De enero a septiembre, han ocurrido 3.245 accidentes in itinere, de ellos 60 graves y 3 mortales. El último se registró el 17 de noviembre. Su nombre, Miguela. Su profesión, auxiliar del servicio de ayuda a domicilio.

Fue atropellada en un paso de peatones de regreso a su domicilio tras su jornada de trabajo. Las lesiones causadas acabaron con su vida al día siguiente, ya en el hospital al que fue llevada.

En la concentración, su hermana, intervino ante las personas asistentes, entre ellas, integrantes de la Asociación de Víctimas y Enfermedades Laborales de Andalucía, para explicar que “Miguela estaba muy cansada, solo quería llegar a su casa, estaba muy cansada y enferma de arrastrar duras jornadas de trabajos”.

El año pasado, en España se registraron 79.551 accidentes con baja in itinere (de camino al trabajo o a su regreso), de los cuales 913 accidentes fueron graves y 147 accidentes fueron mortales. Una parte muy importante afectaron al personal sanitario y de servicios sociales, el tercero tanto en número de accidentes con baja como en siniestro mortales.

Muchos servicios de salud y seguridad intentan que los accidentes ocurridos en las empresas pasen como bajas por contingencias comunes, para evitar sanciones, recargos o penalizaciones, por lo que a menudo las personas trabajadoras han de atravesar un calvario administrativo y judicial para que se reconozca la responsabilidad empresarial.

La HOAC, movimiento de trabajadoras y trabajadores cristianos, con su campaña “Cuidar el trabajo, cuidar la vida”, no solo pretende mostrar su cercanía con las personas que directa o indirectamente sufren las consecuencias de los siniestros y enfermedades relacionadas con el trabajo, sino que llama a la sociedad en general y a la Iglesia en particular a defender condiciones de trabajo seguras y saludables.

Así, la concentración de Sevilla reiteró que “el trabajo es para la vida” y reclamó “no más muertes en el trabajo”, en coherencia con su apuesta por cuidar el trabajo y la persona que lo realiza, frente a la precarización y deshumanización de las relaciones laborales.

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Por eso, señala que “es esencial” reconocer como accidentes de trabajo todos aquellos que se producen en el ámbito laboral, tanto “de cara a las indemnizaciones a tanto alzado a la familia, así como a las prestaciones que les pudiera corresponder, y también, para que a nivel de sociedad y cultura del trabajo no pasen como una muerte más, sino como una muerte causada por el trabajo”.

“Exijo justicia”

Comunicado de la familia leído durante la concentración

Ustedes saben lo que significa ir de un domicilio a otro corriendo, desde una punta a otra con el tiempo justo y controlado. Tener que trabajar bajo condiciones precarias e inhumanas, soportando los malos tratos y malas condiciones que impone la patronal. Acarreando enfermedades irreversibles a causa de las malas condiciones laborales, para luego vernos obligadas a trabajar enfermas y pluriempleadas porque nuestro sueldo no da para mantenernos, ni llegar a final de mes.

Todo esto bajo la presión emocional y física que conlleva nuestra labor, para que luego, la misma patronal nos invalide y minimice, nos obligue a actuar como máquinas y no como personas. Nuestra vida, nuestra salud no les importa.

Mi hermana, Miguela era una de nosotras, el pasado jueves 16 de noviembre, en su periodo itinerante no llegó a casa. Miguela fue atropellada por un coche cruzando un paso de peatones que la mató 24hs después en la UCI. Miguela estaba muy cansada, solo quería llegar a su casa, estaba muy cansada y enferma de arrastrar duras jornadas de trabajos.

La culpa de la muerte de mi hermana no es solo de quien conducía ese coche, lo es también la patronal, que nos chupa vida como si de un parasito se tratase y nos condena a la servidumbre como una nueva forma de esclavitud. La culpa es de esta administración pública, que no controla ni se hace responsable del maltrato al que nos someten. Nuestra vida, nuestra salud no les importa.

Estamos hartas de que se menosprecie nuestro trabajo, de que nos traten como escoria, haciendo malabares al cuidado de otras personas, exigiéndonos eficiencia y productividad como si fuéramos una producción en cadena. No se puede hacer un trabajo de cuidados bajo condiciones precarias.

Que la patronal asuma su responsabilidad. Exijo justicia, para Miguela y todas nosotras. Que no olviden, que este sistema se mantiene gracias a nuestra labor. Debemos cuidar a quienes nos cuidan.

 

 

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