Ajustes fiscales, desajustes mentales

Ajustes fiscales, desajustes mentales
Foto | Chokniti Khongchum (vecteezy)
A principios de 2023 la Comisión Europea consideró que, tras el susto provocado por la pandemia de la COVID y la guerra entre Rusia y Ucrania, ha llegado el momento de empezar a volver a la «normalidad fiscal», esto es, a aplicar las reglas acordadas en materia de rigor fiscal.

En su comunicación de marzo del año pasado hablan de la pandemia, de la guerra, de la crisis energética y de la inflación. Pero, además de no explicar qué tienen que ver la política de sanciones a Rusia con el impacto económico negativo en la propia UE en forma de crisis energética y de precios, parece que a la Comisión se le «olvida» reflexionar sobre la desastrosa aplicación de la política de austeridad tras la Gran Recesión, provocando miseria y dolor en Portugal, España, Italia y, sobre todo, en Grecia, sacrificio de la ciudadanía y su bienestar, de los que aún no se han repuesto los países, ¿en favor del crecimiento? Por supuesto que no, porque desde entonces Europa se encuentra en una situación de estancamiento, que se busca disimular por las dificultades achacables a la pandemia o a la política de sanciones a Rusia y sus repercusiones internas.

Rechazando cualquier atisbo de autocrítica, las autoridades comunitarias afirman que los cambios que eventualmente haya que introducir en la gestión de la cosa pública solo afecten al «ritmo» con el que hay que introducir los recortes y no al corazón de la política de ajuste. En la comunicación se lee: «Se está logrando una convergencia de puntos de vista en torno a varias cuestiones clave, pero quedan otras por aclarar. Existe un acuerdo en que los valores de referencia del 3% y del 60% del PIB del Protocolo nº 12 anejo a los Tratados debe mantenerse sin cambios». Pues bien, dicho esto, el resto de las páginas del documento son literatura, detalles nimios que no ocultan la incapacidad de pensar la realidad que afecta a la mayoría de tecnócratas y políticos de la UE.

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