La aportación, las expectativas y las llamadas de la HOAC y la JOC al encuentro sobre el primer anuncio

La aportación, las expectativas y las llamadas de la HOAC y la JOC al encuentro sobre el primer anuncio
Durante este fin de semana, la Iglesia española está realizando un encuentro sobre el primer anuncio. En este evento, se hace hincapié en la vocación de ser personas evangelizadoras, así como en la relevancia de reconocer que todos los ámbitos sociales representan espacios privilegiados para acercar la buena noticia del Evangelio. El objetivo principal es concretar y fomentar procesos y proyectos a desarrollar en los próximos años, orientados a facilitar el primer anuncio.

En el encuentro participan militantes de la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) y de la Juventud Obrera Cristiana (JOC), dos movimientos especializados de la Acción Católica Española. Noticias Obreras ha dialogado con Francho Gracia, presidente de la JOC, y con Maru Megina, presidenta general de la HOAC. Además, Megina desempeña la tarea de moderar una de las cuatro “paradas” del encuentro, que funcionan como espacios de diálogo dedicados a abordar el primer anuncio en la vida cotidiana, como en el trabajo, lugar de especialización de ambos movimientos de trabajadoras y trabajadores cristianos.

¿Qué aportación realiza el movimiento que representas al primer anuncio?

Francho Gracia: La aportación ya está llegando con un testimonio que hemos enviado previamente. Este testimonio refleja fielmente la idea del primer anuncio de la JOC: un anuncio entre iguales (jóvenes trabajadores), que aunque esté cargado de momentos especiales mimados y profundos, se parece más a un proceso paciente y confiado que a una estrategia de diseño.

Maru Megina: Para la HOAC siempre ha estado claro el cómo. Pedro Casaldáliga decía de nosotros que somos “un movimiento de frontera” y esto implica tener clara nuestra identidad de pastoral obrera, de llevar la buena noticia al mundo obrero y del trabajo, especialmente al más empobrecido.

Es necesario acompañar y compartir las vidas de nuestros compañeros y compañeras de trabajo, de barrio, a los precarios…, ayudarles a descubrir dónde está la raíz de sus problemas y cómo tenemos que luchar juntos por defender el bien común y una vida digna para todos y todas, hacerles ver la importancia de cuidar el trabajo para cuidar la vida. Esta es la mejor manera de hacer creíble el mensaje de Jesús de hacerles atractivo y sencillo que Dios tiene un proyecto de vida plena para cada uno y cada una de nosotras y eso pasa por defender otra manera de vivir más humana. Esta especificidad nuestra tenemos la responsabilidad de aportar al conjunto de la Iglesia.

¿Cuáles son sus expectativas?

Francho Gracia: Nuestras expectativas son de ida y vuelta. Por un lado, aportar esta visión de los procesos de anuncio que nos da la dilatada experiencia de la misión jocista, y que genera militantes comprometidos. Querer llevar una mirada confiada y paciente sobre la salida evangelizadora que nos propone el Papa.

Y por otro lado, tomaremos el pulso a la Iglesia en lo que a visión evangelizadora se dialogue este fin de semana. Queremos ver cómo podemos aportar a aquellas líneas que salgan, y también enriquecernos del diálogo con otros delegados y delegadas.

Maru Megina: Este encuentro se lleva preparando durante mucho tiempo, también con otros encuentros previos a nivel estatal y creo que los participantes en general vamos a estar muy motivados para aportar desde nuestra identidad, también para estar abiertos a conocer experiencias y nuevas ideas porque la Iglesia es muy rica y diversa y es importante que vayamos conociendo esa diversidad que somos.

Creo que va a ser una reflexión importante para ir dibujando caminos de comunión y para configurar esa Iglesia en salida, presente en la realidad de la gente, de la sociedad. El reto estará en conseguir a la vuelta entusiasmar al resto de la diócesis, de las pastorales y de las parroquias donde estamos presentes ya que la inmensa mayoría no vendrá al encuentro, pero creo que debemos de tener paciencia y seguir empujando en esta dirección para ir venciendo inercias.

¿Qué debería atender la Iglesia para mejorar ese primer anuncio?

Maru Megina: Primero tenemos que ponernos en manos del Espíritu Santo y dejarnos iluminar por él. Segundo, abrirnos a la conversión personal y comunitaria. En la Iglesia tenemos que plantearnos qué cristianos necesita hoy el mundo y preguntarnos cómo tenemos que estar presentes, cómo hemos de humanizar nuestra sociedad para ir recreando en ella el reino de Dios. Y tercero, hacernos corresponsables como comunidad de esta tarea lo que supone ir cultivando la amistad social y la caridad política allá donde estamos presentes. Podríamos hablar de tres actitudes fundamentales: apertura al Espíritu, conversión y encarnación.

Francho Gracia: Creo que estos últimos años ha habido muchos nervios y mucha urgencia por dar con una especie de “fórmula mágica” del anuncio. Pero también vamos dándonos cuenta de que la dimensión del anunciar tiene que ver con procesos alargados, no tan bruscos ni explosivos como algunos desearían.

Hace un tiempo, oí a Juan Ignacio Damas explicar –más o menos percibí esto– cómo el primer anuncio debería de desnudarse de proselitismo, de matemáticas y de psicología… y aferrarse a la confianza, a la paciencia y al amor. Creo que por allí hay un camino.

 

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