Jesús, los pobres y el anuncio del Evangelio

Jesús, los pobres y el anuncio del Evangelio

El 14 de noviembre celebramos la V Jornada Mundial de los Pobres con el lema A los pobres los tienen siempre con ustedes (Mc 14,7). Estas palabras son pronunciadas por Jesús durante una comida en Betania con las que el papa Francisco nos invita a reflexionar, con esa lucidez que lo caracteriza, sobre “el vínculo inseparable que hay entre Jesús, los pobres y el anuncio del Evangelio”.

La pobreza no es fruto de la fatalidad, sino de un estilo de vida individualista que tiene sus cimientos en el egoísmo que conduce a “nuevas formas de desorden moral y social que generan siempre nuevas formas de pobreza”. El no querer entender la raíz de esta situación genera actitudes que poco tienen que ver con la llamada que Jesús nos hace a lo largo de toda su vida. El primer pobre es Él, Él los representa a todos. Y si de verdad decimos que lo amamos, tenemos que ser capaces de reconocerlo “en la vida de los pobres, en su sufrimiento e indigencia, en las condiciones inhumanas en las que se ven obligados a vivir”.

Cuando hablamos de pobreza, corremos el riesgo de sumarnos a la corriente qué quiere medirla y cuantificarla. Pero tomando las palabras del Papa, que hace alusión a don Primo Mazzolari, no hay que hablar de cuántos ni quiénes son porque esto “representa una distracción o el pretexto para apartarse de una indicación precisa de la conciencia y del corazón”. Es verdad. Cuántas veces las cifras ya no nos dicen nada. Nos hemos acostumbrado y, en algunas ocasiones, hemos interpretado con fatalidad y resignación las palabras de Jesús de que a los pobres los tendremos siempre, descargando a menudo la responsabilidad de su situación en las mismas personas empobrecidas e incluso esto nos ha servido para justificar conductas impropias de los auténticos seguidores de Jesús.

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El Papa, en esta Jornada nos hace llamadas muy concretas:

  • Dejarnos evangelizar por los pobres. Y para ello necesitamos construir hermandad, pasar del “yo”, al “nosotros”; compartir su vida desde esa fraternidad a la que estamos llamadas las comunidades y cada cual.
  • Necesitamos mirar la realidad con los ojos de Dios, para reconocer las múltiples formas de pobreza, pero también para reconocer en la persona empobrecida, capacidades, potencialidades, sueños, aspiraciones, deseos…. Como todos.
  • Un enfoque diferente de la pobreza que nos lleve a un nuevo modelo social y a la comunidad cristiana a descubrir cómo ser evangelizadores en el mundo de hoy.

La HOAC (Hermandad Obrera de Acción Católica) nos sentimos interpelados por esta reflexión. Por ese amor que tenemos a Jesús, a la Iglesia y al mundo obrero, nos sumamos a estar en actitud de permanente conversión abriendo “nuestro corazón para reconocer las múltiples formas de la pobreza” y llevando un estilo de vida coherente con esa interpelación y conversión. Porque esa es la misión que nos encomienda la Iglesia, llevar la Buena Noticia de Jesucristo a los empobrecidos del mundo del trabajo.

Agradecemos también que en esta reflexión del papa Francisco haya tenido espacio para visibilizar el papel de las mujeres en la vida de Jesús. Tomando sus propias palabras “las mujeres, tan a menudo discriminadas y mantenidas al margen de los puestos de responsabilidad…, son… protagonistas en la historia de la revelación”. La vida de la Iglesia, la vida de nuestra propia HOAC, no se entendería sin esa presencia, ese compromiso, esa militancia de tantas y tantas mujeres que no lo han tenido fácil.

 

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