El impacto de la pandemia en el empleo es peor de lo previsto

El impacto de la pandemia en el empleo es peor de lo previsto
Foto | Tim Mossholder (Unsplash)
—Los datos del impacto de la pandemia sobre la evolución del mundo del trabajo empeoran, según señala el último estudio de la OIT. La pérdida de horas de trabajo en 2021 por el impacto de la COVID1-19, superará significativamente el cálculo anterior, y habrán mermado en un 4,3%, el equivalente a 125 millones de empleos a tiempo completo y que afecta de forma desproporcionada a las mujeres trabajadoras.
El proceso desigual de vacunación y de estímulos fiscales empeoran la recuperación del empleo.

La información aportada en el octavo informe del Observatorio de la Organización Internacional del Trabajo, hecho público hoy, sobre el impacto de la COVID-19 en el mundo del trabajo es todavía peor del demoledor informe publicado a principios de año, que apuntaba a un impacto “cuatro veces mayor que la crisis financiera de 2009“.

Las proyecciones realizadas por esta agencia tripartita de la ONU, tomando como referencia los niveles anteriores a la pandemia –el 4 trimestre de 2019–, indican que las horas trabajadas a nivel mundial en 2021 disminuirán en un 4,3%, el equivalente a 125 millones de empleos a tiempo completo. Esta nueva estimación representa un aumento a la ya drástica revisión prevista del 3,5 por ciento, que suponían 100 millones de empleos a tiempo completo.

Según la OIT, los datos del informe indica un estancamiento de la recuperación mundial advirtiendo que “de no mediar una ayuda concreta en términos financieros y técnicos, seguirá habiendo una ‘gran divergencia’ en las tendencias de recuperación del empleo entre los países desarrollados y en desarrollo”. Esta gran divergencia es debida –según el informe– a desigual proceso de vacunación y de los paquetes de medidas de estímulo fiscal.

Aumentar la solidaridad y los estímulos fiscales

Es una evidencia que la vacunación con la pauta completa impulsa sustancialmente la recuperación y, en la otra cara de la moneda, sin vacunas la pérdida de horas de trabajo a nivel mundial hubiera crecido a niveles del 6%. “La notable desigualdad de la distribución de las vacunas se refleja en un efecto positivo mayor en los países de ingreso alto, insignificante en los de ingreso mediano-bajo y casi nulo en los de ingreso bajo”, señala el informe. Este enorme desequilibrio solo se puede resolver “rápida y eficazmente si aumentara el nivel de solidaridad mundial en torno a las vacunas”. La OIT estima que si los países más pobres tuvieran vacunas “en pie de igualdad, la recuperación de las horas de trabajo se equipararía a la de las economías más ricas en poco más de un trimestre”.

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Junto al proceso de vacunación, el otro elemento clave en la recuperación del empleo son las medidas de estímulo fiscal, fundamentalmente necesarias en los países más pobres. Alrededor del 86 por ciento de las medidas de estímulo globales se concretaron en los países más ricos.

“Es dramático que estas tendencias vengan determinadas por la desigualdad de la distribución de las vacunas y de la capacidad fiscal, y es acuciante solucionar ambos aspectos”, ha dicho Guy Ryder, director general de la OIT, que ha recordado la hoja de ruta comprometida por los gobiernos, empresarios y sindicatos en la primera parte de la Conferencia Internacional del Trabajo, “para una recuperación centrada en las personas” que permita paliar este profundo “cataclismo” en el mundo del trabajo que descarta a millones de trabajadores y trabajadoras de sus puestos de trabajo e incrementa la pobreza.

 

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