Transición justa

Transición justa
Imagen | Suwin Puengsamrong (vecteezy)
Es muy recomendable la lectura del informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Lograr una transición justa hacia economías y sociedades ambientalmente sostenibles para todos, presentado a la 111ª reunión de la Conferencia Internacional del Trabajo, de junio de 2023.

El informe ayuda a comprender el enorme lío en que estamos metidos, la urgente necesidad de afrontarlo y, a la vez, su gran complejidad. Muestra cómo el cambio climático y medioambiental se está convirtiendo a pasos agigantados en una de las mayores amenazas para la reducción de la pobreza, lograr el trabajo decente, el desarrollo sostenible y la justicia social. Es una realidad cada vez más compleja y difícil de gestionar.

El enfoque del informe está centrado en el impacto de la crisis en el empleo y las condiciones de vida de las personas y familias trabajadoras, en las desigualdades que hacen más difíciles las respuestas, y en la necesidad de que la inaplazable transición a otro modelo económico sea justa y cuide particularmente a las personas más vulnerables. En muchos aspectos coincide con lo que viene planteando insistentemente el papa Francisco, en particular en Laudato si’ pero también en muchas otras ocasiones, sobre lo que significa la profunda crisis ecosocial que padecemos. Sobre todo, en lo que se refiere a la necesidad de cuidar el trabajo, de un trabajo que cuide y de la centralidad de las necesidades y derechos de las personas y familias trabajadoras más empobrecidas, precarizadas y vulnerables.

Hace tiempo que el movimiento sindical internacional y otras organizaciones sociales insisten en la necesidad de políticas adecuadas para una transición justa. La OIT también asume este planteamiento y, en ese sentido, el informe destaca aspectos como los siguientes:

  • La adopción y aplicación de políticas e iniciativas para lograr una transición justa solo está en sus inicios. Demasiadas veces solo consisten en compromisos de carácter muy general: es urgente acelerar la adopción de medidas concretas para no desvirtuarla, pues una transición justa se hace efectiva a través de políticas específicas.
  • A pesar de que hay una creciente aceptación de la noción de una transición justa, la integración de consideraciones de índole económica, social y laboral en las políticas climáticas es muy desigual y falta coherencia en las políticas. Además, el diálogo social y los derechos laborales a veces son excluidos, lo que socava los principios básicos de una transición justa.
  • La igualdad de género y los derechos laborales son parte esencial de una transición justa, pero a menudo no están integrados o no se abordan suficientemente. Es esencial abordar los factores estructurales que provocan la discriminación y las desigualdades.
  • La protección social y las políticas activas de empleo son imprescindibles para una transición justa.
  • La transición energética está ocupando un lugar prioritario, pero es fundamental reconocer que otros muchos sectores son decisivos (por ejemplo, la agricultura) y deben abordarse. Es necesario un enfoque que abarque a toda la economía.
  • Una transición justa entraña la adopción de un enfoque que englobe a toda la sociedad, que permita adoptar los modos de producción y consumo necesarios para evitar las consecuencias a largo plazo del cambio climático. El diálogo social es esencial en todos los procesos de elaboración y planificación de las políticas.
  • La financiación desempeña una función esencial en una transición justa: pública y privada, nacional e internacional, con políticas fiscales justas…
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